¿Por qué?
Porque el matrimonio es la unión de un hombre y una mujer.
El Sol siempre giró alrededor de la Tierra y era de una obviedad concluyente: bastaba levantar la vista y ver el Sol que iba de este a oeste cada día. Aristarco de Samos, 200 años antes de Cristo dijo que siendo el Sol, a ojo de buen cubero, más grande que la Tierra, quizás fuese al revés. Copérnico, en el siglo 16 llegó a medir distancias y volúmenes y concluyó que, pese a lo que se veía, la Tierra giraba alrededor del Sol. Johannes Kepler perfeccionó la idea al advertir que la trayectoria de los planetas era elíptica, no circular. Galileo Galilei descubrió los satélites que giraban alrededor de Júpiter y pensó que quizás entonces Júpiter y sus satélites eran un modelo del sistema solar.
La Tierra, entonces, contra toda evidencia, empezaba a girar alrededor del Sol.
La Biblia decía otra cosa y el Vaticano intentó tapar la realidad con el mensaje del orden natural, de que siempre había sido así. Dicen que Galileo no pronunció la famosa frase “Y sin embargo se mueve” cuando lo amenazaron con quemarlo vivo si no desmentía sus investigaciones. En realidad, no hacía falta.
Se movía igual.